El cambio al horario invernal es menos duro que al veraniego. Ocurre igual que cuando viajamos. El jet lag es mucho más intenso si viajamos de oeste a este. Si lo hacemos al contrario, le ganamos tiempo al tiempo y las consecuencias para el organismo son menores. Es el caso en el que estaremos en la madrugada del sábado al domingo (a las tres de la mañana serán las dos).